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martes, 18 de mayo de 2010

¿Desde cuándo los gatos ríen a carcajadas?

Ya ha pasado tiempo desde mi ultimo encuentro con lo sobrenatural, bueno, no tanto; desde que me mude a esta tenebrosa casa, no logro conciliar el sueño, muchos pensarían que soy masoquista, pero en realidad, solo necesitaba un lugar donde tener privacidad.

Las continuas corrientes de aire transportan un sin numero de desconciertos: gritos, risas, llantos; el viento me provee de infinitas voces que recorren la colonia en busca de alivio.

La noche se vuelve más aterradora, un árbol se mece a merced del viento, cuál ritual pagano, logra desconcertar a todos los más próximos a su base. De súbito, una sombra aparece ante él, un desconocido que mira con atención la copa del árbol, ¿Quién es? ¿Porque esta aquí?

-Lo recuerdo-.
Es un ex-jugador de football, le rompieron la pierna unos sujetos hace ya unos años, desde entonces, deambula por las calles, su vida entera acabo por culpa de unos sujetos que por 30 pesos, lo condenaron a abandonar su sueño, ser jugador de football profesional.

Aún recuerdo ese día, yo estaba de visita en Tampico y escuché acerca de eso, no se publicó la noticia en los periódicos ni en la televisión, fue, según entendí, un asunto muy triste, nunca entendí porque no le dieron seguimiento a su caso, era un atleta destacado, uno muy prometedor. En esos días, fui a la playa a nadar y unos primos mencionaron el caso, al parecer lo asaltaron, le rompieron la pierna y ...¡lo mataron!

El sujeto me miró con gran pesadez, logre sentir su enojo, su rabia. Le arrebataron su vida, una vida que se antojaba prospera, fructífera, un futuro brillante.

La hora de dormir era muy tarde, las desveladas me consumían cuál vela ardiente, pero el sueño no aparecía, a pesar de tanta quietud después de tantos sonidos, había algo en el ambiente, algo raro.

El sueño llegó y todo se aclaro. Un nuevo día aconteció y al caer la noche, una vez más algo se presentó.

Todo sucedió a las cero doscientas horas.

Acababa de llegar a la casa tenebrosa después de cortejar a una mujer, mi éxito fue total, la chica me obsequio una noche placentera, un bonito momento para recordar.
Al introducir la llave en la puerta, esta cedió rápidamente, no hubo necesidad de siquiera meter la llave, así que con desconcierto ingresé dispuesto a todo, sabía que la colonia cerca de donde vivía era muy conflictiva así que ya había tomado mis precauciones. Antes de siquiera prepararme para una batalla, vi como mi padre veía la televisión, curioso, no había escuchado que estuviera el aparato prendido o visto el destello que genera este artefacto, antes de avanzar a él, logre escuchar que mi hermana pedía una toalla, me alegro saber que mi hermana también había estaba de visita, todo estaba en completa oscuridad, de pronto mis hermanos lograron visualizarse en la cama durmiendo, pero lo que más me desconcertó fue el olor a longaniza que emanaba de la estufa, mi madre se hallaba cocinando mi comida preferida y yo avance hacia a ella con total estupefacción, toda mi familia había viajado hasta aquí a verme, era un momento muy emotivo, cuándo me acerque a abrazar a mi madre, mis brazos no lograron tocar nada, la estufa estaba apagada, no había rastros de mi madre, con asombro mire a las camas a ver si estaban mis hermanos, ellos no estaban tampoco, con desesperación busque la figura de mi padre que veía el televisor y nada, por último busque a mi hermana gritándole para corroborar que estuviera en el baño, nada se escuchó, todo estaba en completa oscuridad, no sabía que había ocurrido, me arrodillé, me asusté, me desespere, tantos sentimientos me invadieron de súbito que no pude controlarlos, una lágrima recorrió mi rostro y fue ahí donde la puerta se abrió de par en par dejando ver a un gato negro que me veía con una expresión tosca y burlona, sin avisar, inicio una carcajada inverosímil, una carcajada siniestra, perturbadora, una carcajada diabólica, una carcajada que aún en las noches retumba en mi cabeza.
Terminé tirado en el piso abrazando una cobija con un miedo indescriptible, temblando y con una incógnita en mi cabeza. ¿Desde cuándo los gatos ríen a carcajadas?
Después de un tiempo, demasiado tiempo, fui buscando personas que hubieran experimentado casos similares a los míos, hasta la fecha, todas las personas no paran de reírse y de alabar mi gran creatividad, a veces, me hacen sentir realmente mal.
Pero no todos se burlaron de mí, en una convención de cristianos, conocí a una señora muy interesante, ella creyó en mí y me comentó que el Diablo adopta formas variadas para dañar a las personas, a ella se le apareció en la forma de un niño recién nacido con dentadura completa, la cuál uso para morderla, fue en Monterrey, Nuevo León, en una parada de camiones, su vivencia duró aproximadamente 4 cuadras, distancia en la cuál ese niño la persiguió; mientras me explicaba su caso, no pude evitar sonreír, ahora entendía porque las personas se reían de mí, curioso.
A pesar de nuestra diferencia en relación a religión, hicimos una amistad muy bonita, hasta el día en que descanso en paz, sus enseñanzas aún las llevo en mi mente y sus consejos, hasta el último de sus días, dedico toda su vida a ayudar a personas que habían tenido contacto con seres sobrenaturales, los invito a contar sus testimonios y les ofreció todo lo que estaba a su disposición, es una lástima que sus hijos no la valoraran como uno la valoro, era una señora entrañable, gracias a ella entendí que los problemas, no importa que tan difícil se vean, tienen solución, siempre y cuándo se tenga el apoyo, y se de el apoyo, por eso el mundo está así, cada quién se ocupa de sus problemas y no ayuda a nadie más. No tiene porque ser así.
El diablo es una término muy fuerte y juré jamás meterme en sus terrenos, pero una vez que experimenté esto, mi vida cambio de manera drástica, todo, incluso mi carrera sucumbió ante esto. Pero el diablo no apareció ante mí esa noche, el gato era la personificación de una criatura menos poderosa pero no por ello menos terrible.
Me reservo el nombre de este ser, ya que el solo pronunciar su nombre podría ser una invitación para invocarlo, este ente demoníaco es uno muy antiguo, con una clasificación importante en la mitología medieval, la presencia de él obedece a una adquisición clave, importante en el curso de la humanidad; es posible que no fuese yo el objetivo de esta criatura, tal vez lo sea mi mente, en relatos posteriores, iré develando el enigma, el cuál tiene que ver con una niña, el catalizador de una gran vorágine de eventos que gracias a Dios, se evito.

-No mueras, no mueras-
Esa voz apareció otra vez, toda mi piel aún se enchina ante esta frase.

1 comentario:

Basiliskus dijo...

¿Qué onda ese?

Es bueno leerte después de un tiempo, ¿siempre si encontraste tu libreta de historias? esperemos que sí.

Así es mi buen, el viento a veces parece recrear voces humanas, a veces de ultratumba (me encanta esta palabra, haha) en ocasiones lamentos, en otras gritos horrorizados, y en ocasiones hasta carcajadas o notas de flatuas para niños o hasta kenas.

En tu caso, presente está lo fantasmagórico, lo ultraterreno, y por primera vez, veo que te abres y te pones por un brevísimo instante, sentimental, interrumpido claro por etas presencias obscuras bajo la forma de un gato que parece brularse de tu pesar.

Buena historia Tony, saludos a tu familia, que ahora ya están presentes contigo físicamente.
Quizá ya para mañanao en miercoles me de una vuelta por cadereytas. ¿Cómo está la cosa por allá?

Estamos en contacto ese, y ahora me apuro, porque de rato ya me voy pa´la central, pa´ir rumbo a Monterrey =).

Hasta pronto canijo, que andes bien en toda la extensión de la palabra =D!

 
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