Vistas de página la semana pasada

viernes, 22 de abril de 2011

El hijo que se rehuso a irse

Con una hermosa canción empezó una extraña historia de amor y esperanza, una anécdota de que incluso el amor mas puro rebasa las fronteras de la muerte.

En mitad de la noche, después de una intensa fiesta, dentro de un taxi, ahí me encontraba yo, espiando la ciudad mientras está dormía, recorriendo los oscuros escondrijos de la sociedad, el lugar donde las pesadillas pululan.

El chofer que conducía el taxi era una fémina, que rondaba los 50 años de edad, su mirada implacable se cercioraba que mantuviera mis manos lejos de ella, curioso, ya que era una señora que para nada se me hacía atractiva. Las canciones que recorría su radio eran advertencias a mi persona, como si la persona de la estación las escogiera directamente para mí, aunque lograba escucharse el cambio de estación, la señora no tocaba para nada su radio.

Con mi aún tono burdo, debido a la bebida alcohólica que deguste, le comente que no se preocupara, que no le haría daño, me presente y le hice un poco de plática.

Con un tono exclamativo me pronuncio las siguientes palabras.

-Mi hijo no te dejaría, jamás ha dejado que me molesten-

Mi respuesta fue inmediata.

-No es mi intención, disculpe si en algún momento la he ofendido o le he faltado al respeto-.

Le pedí que me dejara en la próxima estación de autobuses, esperaría hasta que apareciese el siguiente autobús con tal de no seguir cerca de ella, o en su defecto esperaría otro taxi.

-Discúlpame, espero me entiendas, pero por el simple hecho de ser mujer, siempre estoy a la defensiva, es mi personalidad-. Su voz se suavizo, de alguna manera, sintió sinceridad en mi actitud.

-Su hijo siempre la protege, tengo que admitirlo, me intimido que lo mencionara, en mi condición, no sabría como reaccionar ante un evento de tal magnitud-. Intenté explicar la razón de bajarme antes de lo acordado, su actitud me había molestado.

-Mi hijo murió hace 10 años, era miembro de una pandilla en una de las colonias más conflictivas de Tampico-. Su voz empezó a sonar entrecortada.

-Su muerte fue un duro golpe para mí, el era lo único que tenía en esta vida, pero a pesar de que lo perdí en cuerpo, su alma esta aquí conmigo-.

-Entiendo su dolor, pero supongo que así es la vida, los hijos son prestados, solo por cierto tiempo, es triste vivir una tragedia de tal magnitud, se supone que los hijos entierren a sus padres, no la revés-. Mi comentario fue duro, como una navaja directo al pecho, pero mi intención era cortar la charla y seguir lo que restaba del camino en silencio.

-El aún esta aquí, me cuida, de hecho, ha estado colocando canciones sugestivas en la radio para que no te des ideas raras, puedes escucharlo, mira, en este momento va a tocar mi canción-. Su voz se alegro un poco.

En efecto, una canción populachera emergió como de entre las cenizas, mientras la taxista solo escuchaba con nostalgia, mientras escuchábamos la tonada, una interferencia interrumpió el ambiente, entre sollozos se escucho una voz amargosa, muy peculiar, esa voz pronunció las siguiente palabras.

-Mamá, mami, maaa-.

Hice caso omiso a la voz, solo alcance a escuchar a la taxista llorar en silencio mientras sonreía forzadamente.

-Pronto podré verte, no te preocupes, aquí, yo te cuidaré, aquí te cuidaremos, dile a Jesús que te diga como es esto, dile mamá-.

La taxista me saco de mi distracción y me dijo.

-Te llamas Jesús-.

-Sí, que extraño no, muchas personas con mi mismo nombre y precisamente hoy me nombran, ya no saben ni que inventar las estaciones de radio-.

-Mi hijo se llamaba Pedro, al parecer, te conoce de alguna manera-.

Faltaban 200 metros para llegar a mi destino, siendo las 0300 horas, solo añoraba con llegar a dormirme dos días si se llegase a poder.

-Dile a Jesús que cuándo se acueste, que desconecte los aparatos, dile que aún tiene cosas por hacer y madre, regresa a casa, no debes trabajar más esta noche-.

La voz parecía realizada con algún tipo de efecto de audio, era tan pausada y siniestra, asemejaba que hablaba de algún radio distorsionado.

-Ya escuchaste a mi pedrito, desconecta los aparatos antes de dormir, que tengas una bonita noche Jesús-.

Después de pagarle simplemente camine como zombie hacia mi cubil, al entrar, note que estaban 3 de mis sobrinas y mi tía dormidas, al parecer estuvieron viendo la televisión, rentaron películas y prepararon palomitas, antes de tirarme a dormir, desenchufe todos los aparatos ya que parecían ramas, tenían conectados muchos aparatos, celulares, la plancha, pilas recargables.

No desperté sino después de las 1600 horas de la tarde al día siguiente.

En las noticias observé que una banda de delincuentes lograron ser capturados mientras asaltaban y asesinaban a un desafortunado taxista.

Mientras me alimentaba intentaba darle una explicación a la situación de anoche.

Desde ahora soy un escéptico, por el amor de Dios, que acaso no puedo tener una borrachera normal de vez en cuándo.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Un caso aislado

Eran las cero quinientas horas y me dirigía hacia la universidad, todo transcurría con naturalidad, la belleza de la vida se mostraba esplendorosa, el ambiente derrochaba mucho color, pero había algo raro en una pequeña esquina de un parque.

Mientras para la mayoría de los niños, todo era felicidad, travesuras, rabietas y mimos, para un niño en especial, todo era tan extraño, para esa pobre alma, todo era nuevo, era algo que no comprendía.

Al principio, cuando nuestras miradas se cruzaron, logre notar su naturaleza, un ser inocente, sin malicia, pero sin la percepción para entender la diferencia entre el bien y el mal.

Pasaron los días, aquel niño de mirada perdida, seguía disfrutando de las acciones de los demás infantes, los observaba meticulosamente, nada escapaba a su omnipotente acecho; me resultaba demasiado extraño su comportamiento, desconocía que existieran aún criaturas de esta naturaleza, lo más probable es que provenga de un lugar humilde, abandonado tal vez por sus padres, obligado a sobrevivir en las duras calles de un sitio al que solo le platicaban entre sueños. No logre contenerme, así que investigue como poder darle asilo a ese extraño niño, afortunadamente, el gobierno se hizo cargo de él, brindándole un techo y comida frecuente, algo esperanzador.

Durante algunos meses, mi existencia se tornaba vacía, necesitaba una cómplice en mi vida, ya que es una de las necesidades humanas más habituales, la búsqueda de una pareja es en sí extenuante, si contamos con el hecho de que no soy el tipo más atractivo ni más interesante, ni mucho menos el más elocuente, ni por mucho el más rollero, aunque la vida, sabia y poderosa, con el tiempo te enseña muchas cosas.

Todo parecía rayar en la normalidad, todo hasta que recordé mi bitácora de los relatos del viajero sobrenatural, de como empezar a analizar mis casos desde un punto de vista más científico, pero, la idea de volver a mis orígenes, me cloroformizaba.

En la mitad del día, mientras jugaba con mis amigos en un local de videojuegos, un niño entro de una manera muy abrupta, como escondiéndose de algo o de alguien, todos en el lugar, solo lograron soltar una risa tan sonora que contagió a propios y extraños. Sin meditarlo, el dueño del lugar lo saco para que no perturbara la paz de los presentes, por lo que el niño no tuvo más opción que irse.

Pasaron los días y volví a encontrarme con ese niño, ataviado con harapos y con una mirada triste y perdida, lo invite a comer, mientras lo hacía, le platique que debería seguir en el lugar donde lo habían cuidado de parte del gobierno, que un niño en su situación necesitaba de apoyo, pero solo me miraba cuando comía, no producía sonido alguno, en parte lo entendía, tantos niños abandonados al azar, la mayoría, mueren a los meses, los que sobreviven, se convierten en delincuentes, muy pocos logran sobrevivir a estos medios y no por los peligros de la ciudad, sino de nosotros, sus habitantes.

Después de comer, el niño me miro por ultima vez y me dio un collar, uno muy sencillo pero hecho a mano, probablemente hecho por el, como un favor más, le obsequie dinero, pero el dinero no lo acepto y se fue entre la multitud que ni siquiera volteaba a verlo para no tropezar con él.

Mis amigos y yo quedamos de vernos en un lugar cerca del centro para realizar un trabajo, pero antes tenía que ir a una zona donde vendían accesorios baratos para uno de mis gadgets, cerca de la zona, me tope con una escena un poco perturbadora, ese mismo niño que en anteriores ocasiones invite a comer, sujetaba a una niña de escasos ocho años, le cubría sus labios con tremenda fuerza, mientras la arrastraba hacia abajo de un puente, la niña, horrendamente asustada, intentaba con todas sus fuerzas liberarse, pero ese extraño niño no cedía, después de unos minutos, llegue hacia ellos y le grite fuerte al niño para que la soltara, el niño, ahora ya no me miraba con esos ojos perdidos, sino con una rabia impresionante, que pretendía hacer con esa niña, era algo que no quería averiguar, solo me interesaba rescatarla, mientras forcejeaba con el, le dije que se tranquilizara, que si la soltaba, me encargaría de de que la niña no lo acusara, pero el niño no daba marcha atrás, se acercaba cada vez más al agua, ya que a escasos 4 metros, se encontraba la laguna del carpintero.

La niña lloraba sin parar. Mientras jalaba al niño, no sabía porque la llevaba hacia la laguna, tal vez pretendía ahogarla, tal vez solo la quería tirar como una broma, pero aun así, era mi deber detenerlo. En un instante, sus ojos cambiaron, su pupila se encontraba dilatada incompletamente, como si formara una media luna y logre observar unos pequeños colmillos, como si hubiera tallado sus dientes para darles esa forma. Entonces, le pedí de favor que se detuviera y por alguna extraña razón, lo hizo, soltó a la niña y me miro fijamente, la niña corrió hacia mis brazos mientras el extraño niño nos observaba, con un gesto de burla, miro a la niña y después me observo a mí algo confundido, camino lentamente hacia la laguna sin dejar de mirarme, hasta sumergirse en el agua, intente detenerlo, pero el me hizo una seña de que no me le acercara, a su lado se encontraban dos inmensos cocodrilos, como tenía a la niña desconsolada en mis brazos no logre ir por el, pero ni hizo falta, mientras se hundía, los cocodrilos le vigilaban celosamente, desapareció en medio de un chapoteo de agua, dejándonos a la niña y a mí totalmente desconcertados.

Cuándo llevaba a la niña de vuelta al parque de la laguna, nunca olvidaré su comentario: volverá el niño reptil por mí algún día.

Niño reptil, realmente, debo de dejar de dormir tan tarde.

sábado, 19 de febrero de 2011

El mundo encubierto

Ya han pasado meses desde mi visita con Don Isidro, desde entonces, el mundo ha cambiado.

La vida se ha adaptado a la normalidad, todo se comporta de manera natural, existe un orden, en esta ocasión, entrego mis trabajos a tiempo, mi modus operandi en la socialite trabaja a ritmos alarmantes, se acabaron las desveladas, los ruidos extraños, las apariciones insólitas frecuentes, todo se ha ido, las alucinaciones, o las visiones causadas por mi extraño don, todo ha cambiado.

De repente, una compañera aparece en mi sendero, me dejo llevar por mis instintos, es hora de continuar con mi vida y seguir hacia el éxito, esta vez, nada logrará distraerme, nada me detendrá, ahora soy una fuerza de la naturaleza, imparable, indestructible, intimidante.

Todas mis quejas, mis continuas excusas, se han ido, ahora solo escucho las voces de mis maestras, veo a mis hermosas compañeras y acompaño a mis amigos normalmente, solo hay algo extraño, algo que aún me preocupa, esa última frase que el brujo me comento en voz baja, como las letras pequeñas de un contrato malsano.

-Un don de esta magnitud no es fácil de desechar, si realmente quieres vivir una vida normal, abstenerse de las sustancias que dañan el cuerpo es imperativo, pronto sabrás la naturaleza de estas palabras, ahora eres un pedazo de carne con ojos, un humano más corriente que común, estas fuera del gran juego, vive tu vida miserable y aburrida, desde este momento, tu camino se desvía-. La voz de Don Isidro retumbaba en mi mente una y otra vez, me guste o no, los cambios, casi siempre, son para mejorar.

Durante mi camino a la universidad me encuentro con una antigua amiga, su presencia me alegra el día, pero hay algo en ella muy turbulento que le provoca un estallido emocional.

-¿Sabes?- Me comenta entre sollozos.
-Últimamente, en mi familia, han habido unos acontecimientos de índole muy fuera de lo normal-.
-Mi familia esta al borde de la locura, mi madre, se encuentra internada y aún no sabemos que le aqueja-.

Con brutalidad interrumpí su dialogo, Don Isidro es el sujeto indicado para ayudarla, no esta muy lejos, Veracruz es una ciudad muy cercana, además, es un profesional en su materia.

Mi vida siguió con mucha calma. Un sujeto de sombrero me aborda con un gran saludo seguido de un abrazo, se hace llamar Vicente, oriundo de mi ciudad Cadereyta Jiménez y conocido de hace tiempo.

Intento recordar de donde lo conozco, pero antes de siquiera recordarlo, me comenta que lo conocí en una vereda, el recuerda perfectamente porque lo confundí, lo trate como si fuera un fantasma, que se encontraba perdido en el limbo, la experiencia fue tan divertida que termino por tomarme aprecio.

¿Será acaso que este sujeto sea el famoso fumador eterno al cuál contacte hace ya mucho tiempo?

-Chamaco, aún aquí, pensé que ya habías terminado tu carrera, mis amigos y yo te estuvimos esperando esa noche, no lo recuerdas, nos habías dicho que solo ibas a realizar un pendiente y volvías a conversar, hoy en día es tan difícil encontrar gente tan divertida y elocuente- Su voz denotaba sinceridad.

-Miguel aún sigue esperando su chiste sobre los cigarros, ja, ja, eres tan creativo-.

Conforme avanzaba la conversación, note algo peculiar, este sujeto sonreía mucho, demasiado, nunca creí que alguien logrará reír de esa manera. Una de mis peores cualidades es la desconfianza, algo andaba mal, no recuerdo mucho de lo que me plantea, todos los datos son erróneos, siento que hay algo detrás de esto.

Duramos cerca de 2 horas, nunca dejo de hablar con esa sonrisa tan sospechosa, aguante mucho, pero su conversación me reventaba los tímpanos, necesitaba irme de ahí, perdí 2 clases en la universidad y aún estaba en duda si llegaba a la última.

Por fin, se alejo, no sin antes abrazarme y desearme suerte, su sonrisa era extraña, no dejaba de espiarla, algo había en ella o literalmente solo veía moros con tranchete.

Mientras me retiraba, empece a replantearme la hipótesis de si todo lo que había visto y escuchado debido a mi don era una falacia, fruto de traumas psicológicos, alguna especie de respuesta ante sucesos alarmantes y desesperantes. Era hora de verificar todo una vez más desde otra perspectiva, si hace tiempo era un creyente, ahora me convertiría en un escéptico totalmente, e iba a llevar a cabo una tarea muy ardua, me transformaré en mi juez más severo, seré mi propio verdugo, juzgaré mi integridad moral, mi honorabilidad para develar mis relatos, es hora de empezar a crear una bitácora, algo que de ahora en adelante nombraré Los Relatos de un Viajero Sobrenatural.

Desde aquí comienza mi viaje.

lunes, 3 de enero de 2011

Don Isidro, el gran brujo

Muchas veces intenté entender muchas cosas sobre mí, mi falta de atención, mi flojera, mi falta de autoestima, supongo que en ocasiones, trate de entenderme, pero conforme paso el tiempo, el sentido de orientación de un servidor me colocó en una encrucijada.

En una modesta casita, una niña y un viejo atendían un pequeño negocio, era un servicio común, ancestral, necesario.

Una niña me vigilaba con sus ojos muy enfocados, mientras me levantaba, ella ayudo a reincorporarme, me regalo un vaso de leche y caminamos hacia la presencia de Don Isidro, el gran brujo.

Con una mirada dura e implacable, seguía todos mis movimientos, con una edad aproximada entre los 70 y los 80 y una actitud de tipo duro, Don Isidro me saludo y me dio un puñetazo en la nariz.

-He conocido a tipos mensos, estúpidos, imbéciles y completamente idiotas, pero tú, tu te llevas el premio, ¡hijo de tu chingada madre!-. Su voz fue como un vendaval, la fuerza de sus cuerdas vocales y su tono lograron amedrentarme.

-Seguir a una bruja, como si fueras una presa idiota e indefensa, si realmente quieres suicidarte, entonces hubieras acudido a mí, por lo menos, tu sacrificio sería bien recompensado, ¡tienes idea de a cuantas personas podrías ayudar con tus órganos!-

Mientras Don Isidro me regañaba, la niña solo sonreía, era algo hilarante la escena. Después de un gran regaño, me mostraron su hospitalidad y me mostraron a lo que se dedicaban, a la brujería, su oficio era espeluznante, ayudaban a las personas a combatir malas vibras, brujería, ataques demoníacos, Don Isidro es un brujo muy poderoso, tiene muchos enemigos, pero tiene la fuerza suficiente y la fe necesaria para acabar con cualquiera que quiera despojarlo de su gran misión, es un ser implacable, es el gran brujo.

Cruzando el río, en la ciudad de Veracruz, Don Isidro se dedica a proteger a las almas atormentadas, a deshacerse de los demonios, atraer la suerte, dañar a los enemigos, es un mercenario paranormal.

Durante mi estancia, observe dos rituales, los cuáles, con incredulidad dañaron mi sistema nervioso, es interesante conocer métodos diferente para tratar enfermedades, mis abuelos me hablaron de esto, así era como combatían a las enfermedades de antaño, el cáncer era destruido con serpientes, lo que ahora es la diabetes se combatía con hierbas hervidas en el estómago de un perro, esto es lo que comúnmente se le llama medicina herbolaria, en parte, porque la mayor parte de como se tratase a estas enfermedades iba de lo más simple a lo más excentrico.

Atar a un niño y colgarlo en arriba de un contenedor hirviendo, para que el vapor desechara la enfermedad que lo aquejaba, infringir heridas punzo cortantes a una jovencita para luego colocarla en un barril con cientos de sanguijuelas, con la finalidad de que estas limpiaran su sangre.

La brujería es un tema controvertido, profano, que raya desde lo real hasta lo fantasioso, hay escritos de brujas en la edad media, pero se habla de eso como algo ficticio, como un pretexto de la iglesia para causar daño y miedo en la población de esa época, un método de control que aún en nuestros días se sigue llevando a cabo.

Sabemos que existen, así como sabemos que hay vida en otros planetas, sabemos que existen cosas que no comprendemos y por naturaleza las olvidamos, les intentamos dar una explicación lógica, el miedo nos hace retroceder, nos hace evadirlo, que peor miedo existe que aquello de no logramos explicar ante la ciencia.

Con toda la confianza del mundo le pedí a Don Isidro que me ayudasé, que logrará extirparme este don inmundo, este don maldito, esto que hacía que mi vida se desmoronase lentamente.

La respuesta sucumbió todo mi mundo para siempre.
 
Licencia de Creative Commons
Los Relatos de un Viajero Sobrenatural by Jesús Rocha Viajero de lo sobrenatural is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at losrelatosdeunviajerosobrenatural.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://losrelatosdeunviajerosobrenatural.blogspot.com/.