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sábado, 19 de febrero de 2011

El mundo encubierto

Ya han pasado meses desde mi visita con Don Isidro, desde entonces, el mundo ha cambiado.

La vida se ha adaptado a la normalidad, todo se comporta de manera natural, existe un orden, en esta ocasión, entrego mis trabajos a tiempo, mi modus operandi en la socialite trabaja a ritmos alarmantes, se acabaron las desveladas, los ruidos extraños, las apariciones insólitas frecuentes, todo se ha ido, las alucinaciones, o las visiones causadas por mi extraño don, todo ha cambiado.

De repente, una compañera aparece en mi sendero, me dejo llevar por mis instintos, es hora de continuar con mi vida y seguir hacia el éxito, esta vez, nada logrará distraerme, nada me detendrá, ahora soy una fuerza de la naturaleza, imparable, indestructible, intimidante.

Todas mis quejas, mis continuas excusas, se han ido, ahora solo escucho las voces de mis maestras, veo a mis hermosas compañeras y acompaño a mis amigos normalmente, solo hay algo extraño, algo que aún me preocupa, esa última frase que el brujo me comento en voz baja, como las letras pequeñas de un contrato malsano.

-Un don de esta magnitud no es fácil de desechar, si realmente quieres vivir una vida normal, abstenerse de las sustancias que dañan el cuerpo es imperativo, pronto sabrás la naturaleza de estas palabras, ahora eres un pedazo de carne con ojos, un humano más corriente que común, estas fuera del gran juego, vive tu vida miserable y aburrida, desde este momento, tu camino se desvía-. La voz de Don Isidro retumbaba en mi mente una y otra vez, me guste o no, los cambios, casi siempre, son para mejorar.

Durante mi camino a la universidad me encuentro con una antigua amiga, su presencia me alegra el día, pero hay algo en ella muy turbulento que le provoca un estallido emocional.

-¿Sabes?- Me comenta entre sollozos.
-Últimamente, en mi familia, han habido unos acontecimientos de índole muy fuera de lo normal-.
-Mi familia esta al borde de la locura, mi madre, se encuentra internada y aún no sabemos que le aqueja-.

Con brutalidad interrumpí su dialogo, Don Isidro es el sujeto indicado para ayudarla, no esta muy lejos, Veracruz es una ciudad muy cercana, además, es un profesional en su materia.

Mi vida siguió con mucha calma. Un sujeto de sombrero me aborda con un gran saludo seguido de un abrazo, se hace llamar Vicente, oriundo de mi ciudad Cadereyta Jiménez y conocido de hace tiempo.

Intento recordar de donde lo conozco, pero antes de siquiera recordarlo, me comenta que lo conocí en una vereda, el recuerda perfectamente porque lo confundí, lo trate como si fuera un fantasma, que se encontraba perdido en el limbo, la experiencia fue tan divertida que termino por tomarme aprecio.

¿Será acaso que este sujeto sea el famoso fumador eterno al cuál contacte hace ya mucho tiempo?

-Chamaco, aún aquí, pensé que ya habías terminado tu carrera, mis amigos y yo te estuvimos esperando esa noche, no lo recuerdas, nos habías dicho que solo ibas a realizar un pendiente y volvías a conversar, hoy en día es tan difícil encontrar gente tan divertida y elocuente- Su voz denotaba sinceridad.

-Miguel aún sigue esperando su chiste sobre los cigarros, ja, ja, eres tan creativo-.

Conforme avanzaba la conversación, note algo peculiar, este sujeto sonreía mucho, demasiado, nunca creí que alguien logrará reír de esa manera. Una de mis peores cualidades es la desconfianza, algo andaba mal, no recuerdo mucho de lo que me plantea, todos los datos son erróneos, siento que hay algo detrás de esto.

Duramos cerca de 2 horas, nunca dejo de hablar con esa sonrisa tan sospechosa, aguante mucho, pero su conversación me reventaba los tímpanos, necesitaba irme de ahí, perdí 2 clases en la universidad y aún estaba en duda si llegaba a la última.

Por fin, se alejo, no sin antes abrazarme y desearme suerte, su sonrisa era extraña, no dejaba de espiarla, algo había en ella o literalmente solo veía moros con tranchete.

Mientras me retiraba, empece a replantearme la hipótesis de si todo lo que había visto y escuchado debido a mi don era una falacia, fruto de traumas psicológicos, alguna especie de respuesta ante sucesos alarmantes y desesperantes. Era hora de verificar todo una vez más desde otra perspectiva, si hace tiempo era un creyente, ahora me convertiría en un escéptico totalmente, e iba a llevar a cabo una tarea muy ardua, me transformaré en mi juez más severo, seré mi propio verdugo, juzgaré mi integridad moral, mi honorabilidad para develar mis relatos, es hora de empezar a crear una bitácora, algo que de ahora en adelante nombraré Los Relatos de un Viajero Sobrenatural.

Desde aquí comienza mi viaje.
 
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Los Relatos de un Viajero Sobrenatural by Jesús Rocha Viajero de lo sobrenatural is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
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